A cinco años de la partida del Padre Hubert Lanssiers, la biblioteca que lleva su nombre, ubicada en el Pabellón 4 A del Establecimiento Penitenciario Miguel Castro Castro, realizó el conversatorio "Vida, obra y pensamiento del Padre Hubert Lanssiers" el jueves 14 de abril.
Participaron Anita Rivera, quien fuera secretaria del P. Lanssiers durante 15 años; también María Isabel Alayza Tijero, Raúl Goyburu y Ricardo Fuentes, quienes mantuvieron estrechos vínculos de amistad con él. Los asistentes escucharon conmovedores testimonios y anécdotas sobre la vida de este sacerdote belga, que fue testigo presencial de la segunda guerra mundial y estuvo además en Japón, Vietnam y Kampuchea. Llegó al Perú en 1964 para cumplir con una encomiable labor como educador y defensor de los derechos humanos de las personas privadas de libertad.
María Isabel Alayza lo describió como un hombre maravilloso. Tuvo la oportunidad de trabajar con él en el colegio La Recoleta. "Era un luchador incansable por mejorar la calidad de vida de las personas", sostuvo María Isabel.
Por su parte, Raúl Goyburu tuvo la oportunidad de conocer al P. Lanssiers cuando llegó a enseñar al colegio La Recoleta. En ese tiempo, Raúl contaba con 12 años de edad. Recuerda que el padre compartía con los estudiantes todo el bagaje de experiencias adquiridas en Oriente, entre ellas, los estragos ocasionados por la bomba atómica en el Japón. Una de las anécdotas más divertidas que contaba el P. Lanssiers, recordó Raúl, ocurrió en "El Frontón". Un estafador italiano de apellido Bonomi fue capturado y llevado a ese penal. El hombre vestía muy elegantemente y la seguridad del penal lo confundió con el ministro de Justicia, rindiéndole los honores correspondientes.
Por su parte, Ricardo Fuentes, esposo de Anita Rivera, recordó que el P. Lanssiers era una persona con un gran compromiso social que ponía los cinco sentidos cuando trataba con el prójimo. Anita Rivera fue quien cerró el emotivo conversatorio de remebranzas. Contó deliciosas anécdotas de un viaje que realizó con el padre y un grupo de abogados a Huánuco; contrataron una combi muy incómoda y el chofer, en vez de llevarlos al centro, tomó el camino hacia el sur.
Anita lo recuerda siempre como un hombre sumamente tierno, pero también con mucha firmeza de carácter.
Posteriormente, los asistentes al evento fueron recordando diversos episodios vividos al lado del Padre Lanssiers. Uno de los más jocosos fue el del padre Miguel, capellán del penal Castro Castro, cuando recordó una discusión con Lanssiers en torno a quién de los dos celebraría una misa dominical en el Penal de Lurigancho.
Algunos internos recordaron las visitas del P. Lanssiers a Castro Castro. Se preocupaba por la situación judicial de los internos y las puertas de su despacho, y de su corazón, siempre estaban abiertas para escucharlos.
El Padre Hubert Lanssiers jugó un papel determinante al presidir la Comisión Ad-Hoc de Indultos para los inocentes acusados de terrorismo. Gracias a su gestión, perseverancia y sentido de la justicia, muchos inocentes pudieron regresar a sus hogares.
Lo meritorio de este evento es que fue organizado por iniciativa de los internos responsables de la Biblioteca "Hubert Lanssiers" del Pabellón 4 A, demostrando de esta manera que el Proyecto Piloto de Promoción de la Lectura llevado a cabo por la BNP/DEBAE y Fraternidad Carcelaria del Perú, ya está rindiendo sus primeros frutos.
Una excelente persona que lucho por la justicia de los inocentes, lucho siempre por la verdad. Que Dios te ilumine siempre desde el cielo.
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